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Ruta literaria en Palma con el Hotel Palacio Can Marqués

  • PALMA DE MALLORCA
  • PALACIO CAN MARQUÉS
Ruta literaria en Palma con el Hotel Palacio Can Marqués

Ruta literaria por Palma: tras los pasos de escritores y artistas 


Palma de Mallorca es más que mar, palmeras y playas. Es una ciudad que respira historia, literatura y arte en cada callejuela, en cada patio y plaza. Para quien ama los libros y los pinceles, pasear por su casco antiguo puede sentirse como hojear un manuscrito vivo. Esta ruta literaria propone recorrer algunos de los rincones más emblemáticos que inspiraron a escritores y artistas, conectando patrimonio, palabra e imagen. 


De entrada: el Museu de Mallorca y sus vestigios 


Comenzamos en el Museu de Mallorca (también llamado Mallorca Museum), ubicado en la Casa de la Gran Cristiana, en la calle Portella, nº 5, en pleno centro histórico de Palma. 


Este palacio del siglo XVI alberga colecciones que recorren la historia de la isla, desde la prehistoria, pasando por la época romana, la presencia islámica, el periodo gótico, hasta el Modernismo y muestras contemporáneas. 


¿Por qué empezar aquí? Porque este museo permite entender el escenario físico y cultural que rodeó a muchos autores mallorquines: las huellas islámicas, los monasterios, las iglesias y los palacetes. Lugares que fueron inspiración para literatos que reflexionaban sobre identidad, lengua y memoria. 


En sus colecciones se encuentran también objetos cotidianos, fotografías, libros antiguos y documentos que sitúan al visitante en contextos que más tarde cobrarían vida en novelas, ensayos y poesía local. 


Palomas y plumas: de Ramón Llull a la Mallorca literaria medieval 


Un recorrido literario por Palma no puede prescindir de Ramon Llull. Nacido en 1232 en lo que hoy conocemos como Palma, Llull fue filósofo, teólogo, poeta, misionero, escritor en catalán, latín y árabe.  


En la Plaça Major se puede ver una placa que marca el lugar tradicional donde se sitúa su casa natal. 


  • Se incluyen en la ruta lugares como iglesias como Santa Eulàlia (una de las primeras parroquias cristianas tras la conquista), el monasterio de Miramar. 
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  • También la basílica de Sant Francesc, donde reposan sus restos. 


Estos espacios tienen una atmósfera que trasciende lo histórico: se respira una Pal­ma donde la palabra y la devoción, la fe y la razón, se entrecruzan. Caminar por esos sitios es imaginar la antigua Palma del siglo XIII, con sus murallas, sus monasterios y su mezcla de culturas. 


Siglos más cerca: artistas, modernistas y voces contemporáneas 


Tras el medievo, Palma siguió siendo un imán para los creadores. Algunos hitos interesantes: 

  • La Fundació Pilar y Joan Miró, situada en Cala Major, muy cerca de Palma, conserva talleres, obra y espacio de estudio del artista. Es un lugar único para entender cómo Miró vivió, pensó y creó en la isla. 
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  • Es Baluard Museu d’Art Contemporani, en el corazón del antiguo recinto amurallado, acoge una colección moderna y contemporánea con artistas locales e internacionales, movimientos de vanguardia, renovación del paisaje pictórico, etc. 
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Es posible imaginar cómo estos espacios, con vistas al mar y luz mediterránea, fueron inspiración para obras plásticas, pero también para literatos que dialogan con el color, la forma y la memoria visual. 


 


Callejuelas, plazas y rincones: una ciudad leída 


Más allá de los museos, Palma misma es un libro abierto: 


  • El barrio judío, con sus calles estrechas detrás de la Catedral, donde la escala humana invita a detenerse y sentir la ciudad antigua. Autores como Albert Camus pasearon por el claustro de Sant Francesc y recorrieron estos rincones. 
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  • La Catedral de Mallorca (“La Seu”), que Borges admiró y que aparece en poemas y textos dedicados al gótico mediterráneo. 
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  • Can Alcover, la casa natal del poeta Joan Alcover, en la calle Sant Alonso, constituye otro punto clave para quienes aman la literatura mallorquina. 


Y finalmente, la Plaça Major, no solo porque allí se señala la casa de Llull, sino porque es uno de los espacios donde se mezcla lo público y lo íntimo: mercado, tertulia, encuentros de calle, un espacio urbano donde la palabra se vuelve conversación. 


Itinerario sugerido 


Para quien quiera vivir esta ruta de forma pausada, aquí un itinerario posible: 


  1. Comenzar por el Museu de Mallorca para poner contexto histórico. 
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  3. Pasear hacia la Catedral, pasar por Sant Francesc, detenerse en el barrio judío. 
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  5. Tomar el bus o transporte a Cala Major para visitar la Fundació Miró. 
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  7. Volver al centro histórico, visitar Can Alcover, plazas antiguas. 
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  9. Acabar en Plaça Major, donde conmemoran a Ramón Llull, y observar el ambiente urbano. 
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El cierre perfecto: Palacio Can Marqués y una copa de vino 


Para terminar este recorrido cultural, hice una parada especial: el Palacio Can Marqués. Este edificio monumental en Palma, de estilo neoclásico, conserva un bello patio central que ofrece una atmósfera singular: mezcla de historia, sobriedad, elegancia y serenidad. 


Imagina que después de caminar por siglos de literatura y arte, te sientas bajo el cielo abierto del patio, con columnas antiguas, vegetación recogida, luz tenue y sombras delicadas. Un momento para saborear una copa de vino, dejar que las palabras que has evocando durante la ruta —Llull, Miró, Borges, Alcover— encuentren su eco interior. 

Porque unir el patrimonio histórico con el encanto literario no es solo recorrer museos o tablillas; es vivenciar el silencio entre dos muros, leer los reflejos de la luz sobre piedra, sentir que la ciudad te habla. Y en ese espacio, con vino, palabras y palmeras como testigos, la literatura se hace experiencia. 


Si te animas, esta ruta puede convertirse en una experiencia propia: deja que Palma te susurre sus versos y pinceles, y guarda ese momento final en el Palacio Can Marqués como el broche de un día donde la literatura no fue solo leída, sino vivida. 


Faq 


¿Cuándo es mejor hacer esta ruta literaria? 

Lo ideal es entre finales de primavera y principios de otoño (mayo-junio, septiembre), para evitar los calores intensos del verano. Las tardes y primeras horas de la mañana ofrecen luz suave que favorece tanto la lectura del paisaje como la visita a museos. 

¿Qué nivel de conocimiento literario se necesita para disfrutarla? 

Ninguno en especial. Bastan curiosidad, amor por los espacios con historia, por caminar despacio, por detenerse ante una inscripción, una fachada, un banco de piedra. La ruta puede enriquecerse si conoces algo de los autores implicados, pero también funciona simplemente como paseo cultural y estético.